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domingo, 17 de julio de 2011

Mis 10 mejores momentos de viaje

Creo que lo que realmente marca nuestros viajes (¿quizás nuestra vida?...) más que los grandes acontecimientos son esos pequeños recuerdos, flashes, personas y enseñanzas que nos vamos encontrando a lo largo del camino. Me parece imposible elegir los mejores lugares, porque cada uno tiene su sabor particular, pero estos son algunos de los momentos que más me marcaron:


--Mi primer viaje, al norte de Argentina (Jujuy, Quebrada de Humahuaca) con un amigo. La idea surgió fugazmente a la noche, y a las 7 de la mañana ya estabamos haciendo autostop bajo la lluvia. Sin planes, poco dinero, y un solo par de calzoncillos. Perfecto! Fue también la primera vez que ví las montañas...


--Quedarme sin dinero por primera vez en medio de un viaje y sin forma de contactar a nadie (o demasiado orgullo para pedir ayuda) en Italia. Puede parecer increíble, pero pasar un par de noches en un banco a la intemperie, con hambre y frío pueden cambiarte bastante la forma de ver el mundo... Por eso hay alguien que dice "Los malos momentos hacen los mejores recuerdos"


--Terminar un curso de meditación Vipassana en Australia. 10 días sin hablar, sin mirar a nadie a los ojos. Sin contacto con el exterior, meditando desde las 4 de la mañana hasta las 9 de la noche... Todas las puertas del inconsciente abiertas, mares de energía hormigueando en todo el cuerpo. Quien mejor lo dijo un personaje de los que hizo el curso conmigo: "Loco, estuve en un viaje de peyote de diez días, ¡pero al lado de esto no fue nada!..."


--Cruzar muchos países a dedo sin hablar casi nada del idioma local (Polonia y Turquía son los primeros que vienen a la mente), con personas que no hablaban nada de inglés, y a pesar de todo entenderme perfectamente! Gestos, muecas, dibujos, guiños obscenos, risas... Es increíble lo profunda que es la comunicación! Creo que nos entendíamos mejor que con muchos que hablan mi idioma...


--En Malasia, perder el avión hacia Australia, lo que supuso lágrimas en ese momento pero significó al final conocer una gente fantástica, recorrer juntos el país a dedo, y navegar por primera vez entre islas de fantasía con unos noruegos que daban media vuelta al mundo en un velero de los años '50 (casi les hundo el bote inflable, pero esa es otra historia).

--Primer viaje en autostop, en España. Tenía unos días libres y ganas de aprovecharlos. Sin expectativas, sin planificacion. No tenía ni idea de como se hacía o que caminos tomar, simplemente salí. No llegue muy lejos, pero asi es como creo que comienzan muchas cosas que valen la pena. Hacerlo, sin pensar, sin miedos, y el camino nos va enseñando todo lo que tenemos que saber.


--Ser el primero de toda mi familia en volver después de 140 años al pequeño pueblo de mis antepasados en Italia. Después de cuatro días conocí a todo el pueblo, encontré a una tía lejana, conseguí el árbol genealógico de la familia hasta el año 1700 y hasta salí en el periódico de la provincia...

--Grecia. Al borde de la desesperación, después de caminar más de 25 kms. bajo un sol ardiente con mi mochila y sin agua que beber en una autopista desierta en la que nadie paraba, me levantó Felipe y su novia, que venían en una caravana de más de 20 camiones organizando los festivales tecno ilegales (tecnivales) más grandes de Europa. Pasamos la noche charlando un montón, conociendo algunos de sus amigos y contando historias.


--Llevar a mi hermana, que entonces tenía 16 años, en un pequeño viaje por París, Roma, Estocolmo y Londres en su primera visita a Europa. Abrir una pequeña ventana de mi mundo a alguien tan cercano, y el hecho de ponernos al día después de casi 3 años sin vernos fue algo muy bonito. También vimos la nieve por primera vez.

--Melbourne, Australia. Tres amigos, sin dinero ni contactos, conociendo okupas, reciclando comida de los supermercados, buscando trabajo y casa, hasta tener la suerte de ser hospedados por una gente maravillosa en la que mas tarde seria nuestra casa y casi familia.

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