Etiquetas

martes, 2 de agosto de 2011

De Barcelona a Genova

Salí de la casa a las 6. Tomé un metro hasta Passeig de Gracia y de ahí un tren hasta Montcada. Cerca de la estación había una estación de servivio sobre la autopista que era perfecta para conseguir alguien hasta Francia. Al rato de preguntar, un hombre que iba hasta Suiza se ofreció a llevarme hasta Nimes, casi mitad de camino. Fuimos charlando sobre todo un poco y comimos bocadillo de tortilla que preparó su mujer y una coca-cola. Pero yo estaba bastante cansado y no prestando la suficiente atención, así que me pasé de mi parada, por lo que tuve que hacer otros casi 100 kms. hasta Orange. Ahí, conocí un veterano camionero llamado Jean Claude que se desvió de su recorrido para dejarme en la dirección correcta, en un punto muy bueno después de un peaje y habían varios grupos de gente haciendo autostop.


El lugar era fantástico, y después de sólo 2 minutos pararon Danielle y Manuel, que venían de un festival de reggae e iban hasta Niza, unos 300 kms. ¡Con ellos descubrí, para mi sorpresa, que hablo francés! Fuimos unas tres horas hablando de Francia, sus lugares y gentes, y yo les entendía perfectamente y ellos a mí. Paramos un rato al costado del camino, y me convidaron con los tomates y el melón más sabrosos que probé en toda mi vida.




Nos despedimos en un peaje antes de Niza en la autopista, que resultó ser un punto bastante malo. Después de algo de una hora, una van paró. Adentro venían Gotama, Laetitia, loco Jean-Marie, los pequeños Yulan and Teodoro y su hermosa perra Valkiri. Estaban haciendo un viaje de estudios sobre combustibles alternativos, energias renovables y reutilizacion de desperdicios desde Suiza, y fue mi camiseta con la bandera del país alpino lo que les decidió a parar. Fuimos hasta Imperia, ya en Italia, a ritmo relajado, riendo y tomando cervezas. Ahí nos encontramos con Antonio, Elio, Tiziana y Nicolas que los seguían en otra van.



Nos despedimos, y empecé a preguntar. Al cabo de un rato conocí a Agatha y su hijo Pacome, que a pesar de venir en un coche super cargado hicieron espacio para llevarme hasta cerca de Genova. Pacome me fué contando sus viajes en el transiberiano a través de China, Mongolia y Rusia. A pesar de ser un chico muy joven, estaba lleno de planes e ideas interesantes. Agatha me habló de su trabajo como agente de artistas contemporáneos, y hablamos de mal arte y de este estrafalario mundillo.



De ahí, un último paseo con unos chicos de Algeria, Marruecos y Rumanía que me llevaron hasta la parada del bus que me dejaba en la ciudad, y despues de una pequeña odisea me encontré con James en el centro como a las 10 de la noche. Hablamos de las últimas aventuras, y empezamos a hacer planes para el viaje. No teníamos donde dormir, y mientras pensabamos nos dimos el lujo de comernos un kebab barato. Ahí sucedío uno de los milagros que pasan cuando viajás: una chica me preguntó de donde era, yo le dije "argentino" y ella me comentó que conocía un argentino que daba la vuelta al mundo en autostop. Yo le dije que estaba dando la vuelta a Europa, y ella me preguntó si necesitabamos lugar para dormir. ¡Boom! Gracias Dios, tus caminos son sorprendentes...

No hay comentarios:

Publicar un comentario